Rachel nos llamó por la mañana en que se despertó y encontró un murciélago en su armario. Que ella supo, no había sido mordida. Tenía 10 semanas de embarazo y se preguntaba cuáles deberían ser sus próximos pasos. Su esposo tampoco detectó ninguna mordedura. El amablemente trasladó el murciélago al exterior de su casa, pero ahora ambos estaban expuestos a una posible infección de rabia. Ella estaba a punto de irse a trabajar y su esposo ya se había ido para un día ajetreado en la oficina.
Rachel ya había pasado por lo mismo en su hogar de la infancia cuando asistía la escuela secundaria. En ese tiempo, toda la familia fue al departamento de emergencias local y fueron tratados con una serie de vacunas contra la rabia, o profilaxis posterior a la exposición, para evitar que se enfermaran de rabia. En el momento actual, recordó que le habían dicho que nunca más tendría que pasar por la serie de vacunas. Nos estaba llamando hoy porque su obstetra la derivó a MotherToBaby Connecticut para que le aclararan las cosas.
Al investigar este comentario de que nunca más tendría que recibir tratamiento contra la rabia, decidí que necesitaba ayuda de nuestro Centro de Control de Envenenamientos (Poison Control) local. Me confirmaron que sí, ella necesitaba que la examinaran y volvieran a tratarla en una sala de urgencias de su elección. También me pusieron en contacto con nuestro epidemiólogo del estado de Connecticut para una consulta adicional. Nuestro epidemiólogo reiteró la necesidad de recibir tratamiento nuevamente debido a esta exposición. El embarazo de Rachel no era motivo para evitar el tratamiento.
En tales circunstancias, los beneficios superan las posibilidades de que la serie de vacunas preventivas tenga resultados adversos durante el embarazo. El esposo de Rachel también necesitaría la vacuna.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) tienen una buena reseña en línea (en inglés) que compartí con Rachel que confirma la necesidad de que ella reciba tratamiento con la vacuna contra la rabia. También confirma que los beneficios del tratamiento durante el embarazo superan las posibilidades de que se produzcan resultados adversos durante el embarazo.
La rabia
- Debido a las posibles consecuencias de una exposición a la rabia mal controlada, el embarazo no se considera una contraindicación para la profilaxis posterior a la exposición. Algunos estudios han indicado que no hay un aumento de la incidencia de abortos, partos prematuros o anomalías fetales asociadas con la vacunación antirrábica. Si el riesgo de exposición a la rabia es considerable, también podría estar indicada la profilaxis previa a la exposición durante el embarazo. La exposición a la rabia o el diagnóstico de rabia en la madre no deben considerarse motivos para interrumpir el embarazo.
El tratamiento para la exposición a la rabia incluye la vacuna contra la rabia y la inmunoglobulina antirrábica humana (HRIG, por sus siglas en inglés). La HRIG es un medicamento que se administra en el momento de la exposición para brindar al paciente protección inmediata contra el virus de la rabia. Solo se administra una vez, por lo que Rachel no necesitará HRIG nuevamente.
En cambio, solo necesitará dos inyecciones de la vacuna antirrábica (se administran hasta cinco inyecciones después de la primera exposición). La vacuna ayuda al cuerpo a generar su propia inmunidad para protegerlo contra el virus de la rabia.
Debido a que para su esposo esta fue la primera exposición, necesitará el tratamiento completo, que incluye la HRIG y hasta cinco inyecciones de la vacuna antirrábica.
¿Con qué urgencia necesitaban tratamiento Rachel y su esposo? El epidemiólogo dijo que más temprano que tarde, y recomendó que visitaran un departamento de emergencias el mismo día de la exposición.
Aunque Rachel no estaba entusiasmada por tener que vacunarse nuevamente, se sintió aliviada al saber exactamente lo que debía hacer por la salud de su bebé, la de su esposo y la suya propia.
Estábamos agradecidos por la colaboración con nuestro Centro de Control de Envenenamientos local, el epidemiólogo estatal y los documentos de los CDC. Se proporcionó la mejor información reproductiva posible para que esta pareja pudiera tomar las mejores decisiones reproductivas para ellos mismos. Con la ayuda de MotherToBaby y nuestros colaboradores, esta fue una batalla menos que tuvieron que enfrentar solos.